No
recuerdo haber tenido una conversación tan fructífera y seria con Diana y Carolina
como la de ayer. Normalmente nos reunimos para ir a bailar, a comentar las
habladurías de la gente en biología, a quejarnos por todo lo que tenemos que
hacer en tan poco tiempo, a tomar algo o a comer algo…discusiones pasajeras, simples.
Al plano personal llegamos fácilmente hace varios años, hablamos de hombres
también, como todas las mujeres.
Pero
ayer, siendo el día de la mujer que - como ya se imaginarán – yo no celebro,
salimos de clase con Diana y nos encontramos con Carolina, fuimos a Carulla del
Park Way a comprar jugo de naranja con pretzels de jalapeño y nos sentamos en
una banca del parque a hablar.
Resulta
que el novio de Caro es músico y estuvo tocando en un costoso bar el fin de
semana pasado, al cual asiste la farándula criolla. Ella fue con él y vio a
varias de las “celebridades” de nuestro país. Le preguntamos cómo se veían,
cómo eran, si las mujeres eran realmente como las vemos en televisión. Caro
respondió que no le parecía, que ella no compartía mucho ese estereotipo de
belleza, que no consideraba que ser prácticamente clones artificiales fuera realmente
valioso en la vida.
Seguimos
hablando durante varias horas, hasta que oscureció. A partir del tema de seguir
estereotipos de belleza citamos libros, películas y hasta nuestras vidas
durante la adolescencia, que incluso son bastante coincidentes. Hablamos de lo
difícil que es comprender que ser diferente no es malo y de las veces en que
uno se ve tentado a ceder ante las imágenes que nos venden a diario, una de
esas luchas internas que sobrellevamos y ante la cual vemos ceder
constantemente a muchas mujeres valiosas, hermosas e inteligentes.
Observando
a Diana y Caro, compartiendo sus puntos de vista, hablando sobre
comportamientos sociales, sobre batallas que han librado a lo largo de la vida,
concluyo que así son las mujeres reales, esas que a veces el mundo se rehúsa a
ver, en las que a veces no se fija. Mujeres con puntos de vista sólidos, con
ideas valiosas, con experiencias interesantes, con sueños y metas realizables,
que comprenden cuán dura y a la vez hermosa es la vida y que están dispuestas a
darlo todo por alcanzar lo que sueñan y a defenderse de las adversidades. Me
sentí afortunada por tener la oportunidad de conocer varias mujeres reales y
aprender tanto de ellas. Sentí que estamos realmente juntas y eso es bien difícil de lograr.
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