El ejercicio de escuchar música
puede ser tan superficial o tan profundo como uno quiera hacerlo y no hay nada
mal ni bien en la forma en que se haga. Algunos se ven atraídos solo por la melodía,
otros por la letra, otros por la combinación de los
dos. Algunos saben de memoria el momento exacto en que se compuso la canción,
el orden que tiene en el álbum correspondiente y la historia de la banda en el
punto exacto en que fue un éxito. Creo firmemente que el trabajo de un artista
es integral, los acordes son así por una razón, los instrumentos que se encuentran,
la voz, la letra y creo también que la única forma en que uno puede apreciar
realmente todo es considerando los factores completos. A veces una canción se
convierte en el himno de una época de la vida, en la insignia de una persona, a
veces emociona hasta las lágrimas y uno no entiende bien por qué. Quizás todo
eso que está ahí, ubicado justo de esa forma y no de otra tiene un efecto sobre
los recuerdos, sobre las ideas, sobre los sueños y toca fibras en uno que
habían pasado desapercibidas. Me gusta averiguar - especialmente de las canciones
que más me gustan - la inspiración y el contexto que tenía el artista al componer
la canción. A veces aclara muchas cosas, a veces uno encuentra gratas sorpresas
o no tanto, a veces cambia la perspectiva que uno tenía no solo de la canción sino
también del artista. A veces es triste, otras veces es chistoso.
Estas son tres de las historias
que más me han llamado la atención, de tres canciones que me gustan muchísimo:
1. Coldplay, The Scientist: mi amor por esta banda es completamente
visceral, no sé si en términos musicales, de afinación o técnicos sea buena o
sea mala, pero creo que hace parte de las cosas que más amo en la vida. Esta
fue la primera canción que escuché de ellos y con el tiempo se volvió más
especial, tanto que lloré cuando la cantaron en el concierto. Algunas fuentes
dicen que Chris Martin estaba tratando de tocar en un piano “Isn’t it a pity”
de George Harrison para trabajar sobre la canción y terminó grabando la melodía
de The Scientist. Sin embargo, la banda afirmó en Storytellers que cuando
estaban escuchando lo que habían grabado para el álbum “A rush of blood to the
head” en un viaje hacia Liverpool se dieron cuenta que no servía nada salvo un
par de canciones y que lo demás era terrible. Se les derrumbó el mundo y supieron
que necesitaban algo valioso para el álbum. La canción parece hablar de un
científico arrepintiéndose por su falta de tiempo para aprovechar con la mujer
que ama, pero es probable que tenga un tinte importante de la desesperación por
la falta de canciones que valieran la pena para el álbum en todo el tiempo de grabación
que habían tenido ya. “Nobody said it was easy…I’m going back to the start”.
2. Matchbox twenty, 3am: esta canción es particularmente complicada
de interpretar, porque parece ajustarse por pedazos a diferentes situaciones.
El mismo Rob Thomas lo dice y afirma que eso es maravilloso, uno puede pensar
en un amigo, en la familia o en el amor de la vida, sin estar muy seguro de qué
habla exactamente. Cuando Rob tenía 12 o 13 años, a la mamá le diagnosticaron
cáncer e iniciaron el tratamiento con quimioterapia. Cuando un familiar cercano
- y especialmente alguno de los padres - está enfermo y uno tiene esa edad, hay
muchas cosas que no entiende y que no mide. Él explicaba que no entendía bien
por qué la mamá estaba así, enferma, por qué dormía todo el tiempo y tuvo que
asumir un rol que en otras condiciones no habría sido necesario: tenía que
cuidarse solo y cuidarla a ella. Ella, a pesar de la enfermedad y lo que
ocasiona el tratamiento, a pesar de los miedos, los temores y la crisis, nunca
deja de estar pendiente de él.
“She said: it's cold outside' as she
hands me raincoat. She's always worried about things like
that.”
“Well, Heaven she says: baby, well,
I can't help but be scared of it all sometimes and the rain's gonna wash away
what I believe in.”
3. Florence and
the Machine, Shake it out: la letra de esta canción le llega a uno al
alma de todas las maneras posibles. Habla de superar fantasmas del pasado, de
arrepentimientos, de liberarse de una cantidad de sentimientos que no le
permiten a uno caminar por la vida con libertad. Sin embargo, la historia de
cómo Florence Welch compuso esta canción dista bastante - al menos como comenzó
- de lo que uno podría imaginarse. Lo cierto es que Florence tenía un guayabo
de esos que lo hacen a uno querer morirse y se sentía nublada por el dolor.
Dice que comenzó a escribir sobre esa sensación de querer huir del dolor y no
poder hacerlo o sobre el arrepentimiento de beber tanto para ganarse semejante
malestar. La cuestión terminó hablando de sentimientos y sensaciones de
impotencia en la vida, de liberarse de los demonios que lo persiguen a uno para poder tener otra perspectiva, lo cual es ciertamente algo mucho más profundo. Incluso la frase “shake it out”
se le ocurrió para “sacudirse” del dolor de cabeza y pensar más claramente. Es
curioso. Sin embargo, una de las mejores canciones para escuchar en momentos de
crisis.
“Regrets collect
like old friends, here to relive your darkest moments, I can see no way, I can
see no way”
“I am done with
my graceless heart, so tonight I'm gonna cut it out and then restart”
“And it's
hard to dance with a devil on your back so shake him off!”
Qué bueno que hayas puesto la historia de 3 am, esa canción siempre me ha parecido súper conmovedora, pero no entendía ni un pelo.
ResponderEliminarMe encantan las canciones que cuentan historias, pero muchas veces, más que transmitir una historia, las canciones muestran como unos pantallazos y le mueven a uno cierto estado de ánimo.
¿Por qué estaremos programados para conmovernos así con la música?
Qué nota de post.
Me alegra mucho que te haya gustado :)
Eliminar