domingo, 17 de enero de 2016

"La casa de los espíritus" de Isabel Allende

Mi selección de libros próximos a leer solía estar guiada por un listado que tenía en una libreta desde hacía mucho tiempo, la cual incluía las obras más clásicas de la literatura. Nunca me ha gustado leer en tablets o en el computador, no siento la misma emoción ni me conmueve tanto como sentir las páginas del libro, apreciar el olor del papel nuevo y las imágenes o los tipos de letra de las portadas y contraportadas en físico. 

Hace ya bastante tiempo, estaba en la Panamericana con Mafe viendo libros y de repente me señaló uno de Isabel Allende y me dijo que era un libro divertido. Me acerqué a verlo, estaba en promoción, pero por alguna razón no me llamó la atención comprarlo, no había escuchado de la autora, ni del libro y - a riesgo de sonar bastante hippie - de alguna manera el libro no me llamaba. Pasó el tiempo y abandoné esa costumbre cuadriculada de comprar solo libros clásicos, aquellos que estaban incluidos en mi lista y decidí abrir las ideas hacia otros autores de los que no sabía mayor cosa, sólo por curiosidad y para ampliar mis perspectivas. Comencé a seleccionar los libros que compraba solo por observarlos detenidamente, como si de alguna manera me hablaran y así mismo elijo el siguiente que leo, como si un hilo invisible me llevara directamente hacia un título en particular. No recuerdo bien qué estaba buscando cuando me volví a encontrar de frente con "La casa de los espíritus" de Isabel Allende pero esta vez, decidí comprarlo. Después de terminar con "El libro de los sueños" de Borges, prácticamente soñé con el título del libro de Allende y decidí comenzarlo inmediatamente. Para mi sorpresa, me gustó bastante. 

Isabel Allende es una escritora chilena, ganadora del Premio Nacional de Literatura de su país natal en el 2010. Descubrí que tiene un gran éxito en ventas de sus libros, aunque la crítica la ha catalogado como una mala escritora e incluso hay quienes han afirmado que no es una escritora de verdad. Sin embargo, como para gustos los colores, voy a hablar de mi experiencia, la cual fue bastante grata. 

El libro tiene una narrativa sencilla pero dinámica, bastante clara y entendible y relata con fluidez la historia familiar a través de varias generaciones de los Trueba. No tuve que releer ninguna de sus páginas como sucede con quienes tienen un estilo más complejo, tampoco señalé ninguna frase que considere que deba recordar para la vida, como me ha sucedido con otras obras. Mi conocimiento en cuanto a las estructuras literarias es más bien limitado, pero desde el punto de vista del lector, debo decir que fue divertidísimo leerlo. El pasar de la historia se menciona solo desde el punto de vista de los personajes, sin hacer hincapié en asuntos más densos, pero tal vez es precisamente por esa razón que uno termina de leerlo rápido, además de la curiosidad de saber qué pasa por pequeñas menciones cortas sobre el futuro de los personajes. No llega al extremo de ese estilo desparpajado que tienen algunos autores, donde uno siente que se ha perdido el límite entre el lenguaje hablado y el escrito, por lo cual me pareció bien construido y probablemente dirigido a una gran diversidad de público. Nuevamente, no se encuentra uno con una epifanía, pero es bastante agradable y definitivamente, uno de mis recomendados. Supongo que fue una buena decisión dejar de lado las listas cuadriculadas.


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