Hace dos años, para esta misma época que en general no me gusta porque me
siento sola y en un letargo jartísimo, encontré en medio de una oscuridad
que me parecía infinita el blog de Cosmo, Postcards from Cat-Man-Do. En medio de los textos y de las letras, encontré
respuestas y comencé un camino largo para reconciliarme conmigo, para
encontrarme y reconocerme. Se lo dije a él porque así soy yo, necesito decir
las cosas cuando tengo la oportunidad, de todas maneras no hay nada que perder.
Alguna vez también le dije que el post que más me había gustado y bajo el cual
sentí la necesidad de un cambio de actitud importante fue uno en que él se
describía, porque justamente yo pensaba que sin alguien en particular, o sin
gente a mi alrededor, todo se derrumbaba. Y lo cierto es que siempre queda uno
mismo y eso es suficiente. Hoy, cerca del fin de un año que me
derrumbó miles de paradigmas - lo cual fue increíblemente liberador - siento la
necesidad de hacer el mismo ejercicio y me voy a tomar el atrevimiento de
imitar la forma en que él escribió cómo es, para cerrar un ciclo y comenzar otro
en mi vida. Este es el post que él escribió http://gattocosmico.blogspot.com/2011/01/free-as-bird.html
Y este es el mío:
Mi nombre es Diana María Vanegas Lozano. Tengo 24 años aunque por lo
general estoy debatiéndome entre actuar como quinceañera y como alguien de mi
edad, dependiendo del contexto. Detesto que me llamen Dianita porque no soporto
los diminutivos, pero gracias a mis 1,51cm de estatura he tenido que aguantar
toda la vida que la gente me diga así, tanto, que ya me estoy acostumbrando. En
el colegio fui una ñoña empedernida y sigo siéndolo, la diferencia es que ahora
no lo considero un defecto sino una virtud. No tuve novios mientras estuve en
el colegio porque tenía pocos amigos y las populares siempre me molestaron por
ser fea. Bailé ballet y flamenco toda mi infancia y adolescencia, pero luego lo
dejé.
Crecí con mis abuelos maternos y mis papás, mi abuelo murió
inesperadamente en el año 2000, mi abuela en el 2002 y mi papá murió en el 2004
en un accidente de tránsito, cuando yo tenía 16 años. Me quedó un vacío en el
corazón que probablemente se va a quedar así siempre. Pero sobreviví. Difícilmente
volví a derramar lágrimas por algo.
Le tuve literalmente miedo a los hombres hasta los 18 años, cuando entré
asustadísima a la Universidad Nacional a estudiar biología. Conocí a mi alma
gemela pero resulta que es gay. Hemos sido amigos desde entonces y daría la
vida si es necesario por él hoy y siempre. Me enamoré cada día más de la
biología y decidí que quería investigar en cáncer. Comencé la maestría en
fisiología y mi tesis es sobre leucemia. No podría estar más contenta al
respecto.
Mi mamá es sobreprotectora y me he resignado a que no va cambiarlo nunca. La música es mi refugio, mi
oxígeno, la sangre que me corre por las venas y no puedo hacer nada sin ella.
Amo el flamenco y la danza árabe y no sacrifico el tiempo que le dedico a la
danza por nada en el mundo. Ahora me río todo el tiempo y lloro cada vez que siento
la necesidad de hacerlo. Me gusta dibujar, pintar con acuarelas y leer todo lo
que puedo. Dicto clases de química y biología en inglés y en español aunque
tengo serias críticas sobre la forma tortuosa en que se enseña biología en los
colegios. Quiero ser traductora oficial, amo la buena ortografía y aprecio
mucho la buena caligrafía. He perdido con el tiempo el filtro cerebro-boca. Soy
absurdamente coqueta pero no me doy cuenta cuando me echan los perros. Siempre
me terminan, creo que nunca le he terminado a nadie. Soy adicta a internet y al
café pero eso sí, me lo tomo sin azúcar. Siempre busco aprobación de las demás
personas. Me demoré un año entero en tratar de identificar los instrumentos en
la música. Le tengo pavor a las críticas, siento que van a destruirme pero he
superado mi temor a hablar en público. Puedo hacer virus y cultivar células. Le he dado un par de besos a un par de mis amigas sólo por
saber qué se siente y por provocar a los tipos. He buscado y visto videos en
Youporn, Redtube y demás y no me da miedo ni pena aceptarlo.
Tengo metas claras en la vida y el camino para llegar a ellas y esas no
son negociables. He cedido a muchas cosas suficiente tiempo pero eso se acabó.