jueves, 20 de diciembre de 2012

Yo no soy la sombra de nadie


“Yo no soy de nadie, es más, soy del que me da la gana”
María Barilla

Creo que no volví a hablar con más de tres personas del colegio por diferentes circunstancias pero hay varias de mis compañeras a quienes tengo como contacto en Facebook por puro interés chismoso, si he de ser sincera. Este año hubo varios matrimonios, muchas ya tienen hijos o se organizaron con alguien y eso está bien, cada quién tiene su forma de pensar y de llevar la vida. Lo que sí me parece muy curioso es que una de mis amigas me dijo que nos está dejando el tren. ¿Cuál tren? ¿En serio todavía se piensa eso?

Como ya voy para el cuarto de siglo, estoy oficialmente en “edad casamentera”. Son varias las personas que me han preguntado si tengo pretendientes, si me voy a casar ya que terminé la carrera, si voy a tener hijos antes de los 30 porque la fisiología así lo manda, que si voy a conseguir novio pronto, que ya estoy más que preparada, que no sé qué y no sé cuántas. Me parece muy curioso porque yo juraba que el siglo XV había pasado hace ya mucho tiempo y que el objetivo en la vida de una mujer no se limitaba únicamente al matrimonio o a ser madre (no pretendo ofender a nadie, solo que mis objetivos de vida no son estrictamente estos). Es más, no sabía yo que para muchos una mujer estudia una carrera profesional con el único propósito de conseguir un esposo de buen nivel. Y yo que estudié por puro amor a la biología.

Por supuesto no son todas las personas las que piensan así, generalizar nunca es bueno, pero sí me sorprende que sean varias las que coinciden en este punto. Esta semana volví a hablar con un amigo de hace mucho tiempo y cuando le conté a una amiga, me comenzó a molestar diciéndome: “pero muy bien, ha cambiado, está serio, ya tiene negocios, trabaja, terminó la carrera, está organizado…buen partido, hágale ¿no?”. Cabe aclarar que él no me propuso matrimonio, simplemente adelantamos cuaderno. Lo más gracioso es que esas palabras me quedaron sonando junto con otras muy similares que me han dicho algunas amigas de mi mamá y otras personas y concluyo que yo no sirvo para eso. Yo no sirvo para ser la sombra de nadie, para ser la “gran mujer que está detrás de un gran hombre” y mucho menos para ser el objeto decorativo que le falta en la vida a algún “hombre organizado y de negocios”. Yo quiero un igual, no alguien que se considere mi superior.

Para quien haya seguido este blog, está claro que me gusta estudiar, me gusta investigar, amo lo que hago y mis aspiraciones son principalmente académicas. No sé si es por lo que estudié o porque simplemente yo soy así, pero tengo metas claras en la vida y si el amor, o la familia o los hijos u otras cosas vienen por añadidura está bien, pero no es lo principal. Yo también tengo mi lado romántico, claro, y me imagino que debe ser muy satisfactorio encontrar alguien con quién recorrer el camino, pero también me bajé de la nube de cuento de hadas y sé que las cosas se construyen y se lucha por ellas, no se ganan en un golpe de suerte. Yo no ando buscando quién me ponga en un pedestal. Yo me quiero subir sola. No quiero ser la sombra de nadie.

1 comentario:

  1. Estoy en la misma orilla pero en un opuesto...los prejuicios me darán más duro en ese sentido, que no es fácil tener una mentalidad orientada a lo profesional y más ahora en que me encuentro en un punto muerto, pero que a su vez daré inicio a otra etapa de mi vida profesional, es el tiempo de los cambios y una pareja solo haría estorbo. Lo digo sin el más mínimo asomo de pena.

    Pero así es esto, curiosamente se quejan del supuesto egoísmo en la sociedad cuando esa misma sociedad no puede concebir que hay personas para las cuales su carreras son lo primero, que su realización individual va primero. Que lo otro puede esperar, que lo otro puede suceder, que lo otro podría no suceder...y que el mundo no se acabará por eso.

    Me sentí identificado con este escrito.

    Xoxo.

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