viernes, 20 de julio de 2012

Taxonomía Musical


Todos los años en el colegio celebrábamos el festival de la canción en inglés. Teníamos que participar obligatoriamente en una especie de eliminatorias por salón pero yo no tenía grupo (¡qué novedad!). Pasé por absolutamente todos los que se habían formado, me aprendí las canciones de todo el mundo y terminé en uno que iba a cantar y bailar “Hit me baby one more time” de Britney Spears. Era la época de Britney Spears, Spice Girls, Christina Aguilera, Backstreet Boys…yo me sabía absolutamente todas las canciones de todos ellos y qué vamos a hacer, aunque muchos digan que el pop es una porquería, que no tiene identidad, que esos ni siquiera son artistas de pop respetables y en fin, tantos comentarios negativos hacia ellos, a mí me gusta y eso no va a cambiar. Tengo incluso CDs originales. Si no le gusta, bien pueda conformarse o hablarme. Así de simple.

Mi contacto con el rock comenzó mucho más adelante, por una amiga fanática hasta la muerte de Nirvana y Coldplay, que por cierto odiaba el pop. Grave problema porque a mí me gustaba todavía pero en mi recién iniciada aventura rockera decidí callar esa parte de mí que disfrutaba del ritmo del pop y despotricar de él hasta más no poder, diciendo que no tenía la profundidad de las letras, la calidad de los instrumentos, el sentimiento del rock y quién sabe cuántas más cosas. Me acuerdo mucho que alguna vez en el colegio sonó Lithium de Nirvana y luego el Ragga Ragga lo cual nos indignó enormemente. ¿Cómo era posible que semejante porquería sonara después de Cobain? El desprecio por el pop continuó en la universidad, donde mis compañeros, “prestigiosos rockeros” consideran que el pop es una basura. Pero un día, decidí dejar de engañarme a mí misma y aceptar que me gusta. Como viví la historia del “boom” del pop decidí también aprender sobre las clasificaciones del rock, pero eso me llevó a un callejón sin salida.

Uno escucha por ahí gente diciendo que el indie poco le gusta, que es mejor el clásico, discutiendo sobre los padres del grunge, hablando del mensaje del punk, en fin, miles de nombres que en teoría deben estar refiriéndose - suponía yo - a un cierto patrón de letras, de instrumentos, de ritmos, tiempos y otras características musicales que yo no entiendo. Quise saber exactamente cuáles eran.

Sin embargo, ese intento de clasificación cuadriculada de la música es algo bastante similar a la taxonomía en biología. Hemos intentado clasificar los organismos de muchas maneras, lo cual es necesario para comunicarnos y romper las barreras del idioma. Se han asignado varios niveles de clasificación: especies, géneros, familias, órdenes, clases, phyla, reinos y dominios y pretendemos agrupar los organismos de acuerdo con sus características comunes. Comenzaron con características observables y vamos en las genéticas porque irremediablemente siempre aparece más de uno que no cuadra en ningún lado y entonces hay que dejarlo en familias como la Euphorbiaceae, que terminó siendo un costal de dicotiledóneas varias o para hacerlo más cercano, el reino protista donde hay mil y un organismos con poco en común salvo por ser unicelulares. Es cierto que tenemos que clasificarlo para universalizar el conocimiento, pero es cierto también que la vida cambia constantemente, sufre mutaciones, aparecen estructuras, se adapta, es completamente plástica. Y recientemente tengo la impresión que sucede algo parecido con la música.

Voy a tomar como ejemplo a Coldplay. Aparece Parachutes y a la gente le gusta… ¿y eso que viene siendo? ¿Rock? ¿Pop? No, digámosle “rock británico”. Pero entonces aparece en el panorama Viva la Vida, que suena diferente al resto de la discografía hasta ese momento y todo el mundo se queja porque no es como Parachutes y tratan de clasificarlo de nuevo. “Es que ahora tiene ritmos electrónicos, además ya no suena como Coldplay”. (Nótese mi fastidio al respecto). Vamos a ver: una banda compone canciones y es capaz de imprimirle un estilo propio. Sin embargo, no pueden seguir sacando con el transcurso de los años un montón de álbumes idénticos al primero, entonces, modifican ligeramente su estilo, hay que innovar. La música también es plástica, está en constante cambio, evoluciona. Clasificarla puede resultar útil para entender algunas cosas, pero finalmente, si es una de las múltiples expresiones culturales de la sociedad, es de esperar que cambie con el paso del tiempo, con la situación social, con la región geográfica, con la política, la economía, la moda, la gente. Decidí hacer algo más productivo y leer “El ABC del rock” de Manolo Bellon, porque hace toda una reconstrucción histórica desde que Alan Freed decidió bautizar un derivado del R&B como Rock ‘n roll. En algún momento hablará también del pop, que viene siendo un costal de muchas cosas difíciles de caracterizar.

Tengo la impresión que al iniciarse en algo - y particularmente en el rock - uno tiende a desvirtuar todo aquello que no se ajuste, como el pop y viéndolo bien, no tiene sentido. ¿A quién le afecta que yo tenga en iTunes música de Britney Spears y de Led Zeppelin? ¡Dejemos atrás tanta pendejada!

1 comentario:

  1. La música, el arte por excelencia decía Schopenhauer. Yo tuve y sigo teniendo rollos con algunos géneros musicales que sencillamente no me aguanto, como temitas hartos como llegó a ser La Macarena o la del Au se te pego ese del tipo ese...a veces siento que esas canciones hacen parte de una conspiración para fastidiar gente :p. No, pero ya en serio...acá siempre tuve de donde escoger, cuando me quedaba solo en casa, vivía haciendo sonar cuantos acetatos habían en la casa, de toda clase...salsa, boleros, tangos, merengue, tropical, balada y demás, de ahí que en mi Mp4 haya de todo esto, pasar de franco de vita a nirvana, luego a lavoe, pasando por sosa, luego por el joe, ni cuando llegué a medio radicalizarme con el metal porque a escondidas escuchaba otra cosas XD así que ya te imaginarás lo que harían otros radicales que odien a lady gaga y demás.

    Solo que acá donde vivo solo voy a los mismos tres sitios de siempre, por cuestiones musicales me duele pagar cervezas a 10mil para escuchar lo mismo que suena en una buseta o en una fiesta de barrio, prefiero sitios de música retro sean baladas o anglo, y el otro sitio que es un templo para la salsa llamado La Troja, que es donde me siento realmente, porque a diferencia de lo que se cree popularmente, Barranquilla fue una ciudad salsera en todos los sentidos, habían muchos lugares de salsa, se respiraba salsa hasta que por ciertas cosas el vallenato empezó a sonar por acá con fuerza hace menos de 15 años, menos mal soy de esos barranquilleros que crecieron cuando acá se escuchaba siempre salsa.

    Escucho música para recordar y escaparme temporalmente de un presente que no satisface mis sentidos. Me echaría toda una noche hablando de música, mi primera pasión. ;)

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