El título de mi tesis de pregrado
fue “Implementación de un Sistema Lentiviral para la Transducción e
Incorporación Efectiva de constructos de DNA en la Línea Celular U937”. Suena bastante
complejo, en realidad fue un proceso de estandarización, porque habíamos
tratado de silenciar genes en los monocitos U937 y no lo habíamos logrado de
ninguna manera. ¿Para qué? La forma de verificar siempre si una proteína tiene
una función relevante en algún proceso biológico es silenciarla (manipulamos la
célula para que no la exprese más y observamos qué pasa) y sobre-expresarla
(manipulamos la célula para que exprese grandes cantidades de la proteína
blanco y observamos qué pasa). El proceso hacía parte de un proyecto grandísimo
que todavía está en curso y varias personas del grupo habían intentado ya
incorporar un constructo de ADN en los monocitos. Esa fue mi tesis, sin
silenciar, sin sobre-expresar, solo modificarlas efectivamente y ver que no se
murieran. Estas células en cultivo son bastante susceptibles.
El proceso de incorporar ADN a
una célula se llama transfección, hay diversos métodos y funcionan con alta
eficiencia para algunos tipos celulares. Cuando se realiza en bacterias se
llama transformación. La manera de comprobar si la transfección tiene éxito es
utilizando un gen reportero, esto es, una secuencia de ADN que codifica para
una proteína fluorescente llamada GFP. Si después de unos días de la
transfección las células brillan, se mide la eficiencia y si esta es alta, se
implementa esa metodología para utilizar con el gen de interés. Sin embargo,
estas células literalmente no aceptaban el ADN, la máxima eficiencia que se
obtuvo con varios métodos fue del 3%...nada. Evidentemente, en este caso
fracasamos olímpicamente. Mi director dijo entonces que la única manera sería
utilizar virus. Ahí se decidió que esa sería mi tesis.
Los virus que utilizamos son
lentivirus, una subfamilia de los retrovirus, como el del VIH. Y bueno, ¿qué es
un virus? ¿está vivo o no? Esa pregunta no tiene respuesta “oficial”, a mis
alumnas se les enseña que no en el colegio, pero lo cierto es que los virus -
así como los priones - son un punto intermedio extraño y difícil de explicar.
Un virus NO es una célula, no tiene núcleo, ni organelos, pero sí tiene
información genética y una cápside de proteína para protegerlo y algunos
incluso se “roban” la membrana celular de la última célula que infectaron. En
ese caso, el objetivo es usarla como un disfraz, sirve para engañar al sistema
inmune que podrá detectar la membrana como parte del organismo y no lo
atacarán. El material genético puede ser ADN o ARN, codifica entre otras cosas
para las proteínas de la cápside y para poder expresarse, debe aprovecharse de
la maquinaria que tiene una célula normal, por eso las infectan.
Los retrovirus llevan su
información genética como ARN y una enzima que es capaz de retro-transcribirlo
a ADN. Una vez dentro de la célula ocurre la retro-transcripción y el ADN que
resulta se incorpora en el genoma de la célula hospedera, permanecerá ahí siempre.
Por eso el VIH se presenta en las generaciones posteriores. Los lentivirus funcionan
de la misma manera, por lo cual si queremos incorporar ADN de manera estable a
una célula, son una excelente opción.
Así las cosas, la manera de
sintetizar los lentivirus es bastante fácil. Tengo dos o tres constructos de ADN
(llamados plásmidos) que codifican para las proteínas estructurales (es decir,
las de la cápside) y para la transcriptasa-reversa entre otras cosas (el kit se
compra, vienen así aunque hay muchas opciones y uno debe saberla elegir),
además de un plásmido adicional que tiene mi gen de interés. Utilizo esos tres
plásmidos para trasfectar unas células adherentes, que reciben fácilmente el
procedimiento y ellas serán mi “fábrica de virus”. Esas células expresarán como
proteína los dos primeros plásmidos conformando la cápside y replicarán el
tercero dejándolo como el ARN que irá dentro de esas cápsides. Los virus ya
formados salen al medio, el cual colecto en varios momentos dentro de las 96
horas posteriores a la transfección. Finalmente y lo más pronto posible,
utilizo esos virus para infectar la línea celular que me interesa, para el caso
de mi tesis las U937. En ese momento, logré una efectividad del 40%, pero el grupo
siguió trabajando y hoy en día conseguimos el 100%. Ya con eso, podemos avanzar
para silenciar o sobre-expresar un gen de interés. Y bueno, suena más sencillo
al narrarlo, pero experimentar tiene sus pormenores. Ahí vamos.
Hey, muy bacano que un proceso que empezó con tu tesis y que se ve muy importante y muy útil (saber para qué sirven las proteínas en los procesos biológicos me parece esencial para un montón de cosas, estoy pensando en tratamientos médicos, cultivos de comida, etc.) haya alcanzado eficiencia de 100%. Seguro estás orgullosísima.
ResponderEliminarPor ahí leí alguna vez que hay unos médicos que creen que el VIH no es un virus ¿Eso tiene algún tipo de sustento?