miércoles, 27 de julio de 2011

Alejarse de la Rutina

Me siento muy cansada. Suena a queja y reclamo de niña caprichosa pero es cierto: me siento muy cansada y sin embargo, sigo trabajando. No hay opción, no hay escapatoria. Lo bueno es que ahora persigo una meta y eso siempre es necesario, luchar sin objetivos carece de sentido y no se pone el mismo empeño.

Enseñar ha sido mucho más gratificante de lo que pensé y me ha traído excelentes experiencias, he aprendido una infinidad de cosas y sigo aprendiendo cada día más. Eso sí, extraño el laboratorio, diseñar experimentos, los cultivos celulares, las pipetas, la cabina de flujo laminar, el microscopio de fluorescencia, cuidar las células, sintetizar los virus. Es muy curioso, para el momento en que terminé mi tesis, estaba extremadamente cansada de esa rutina. Supongo que es eso: la rutina. Efectivamente acaba con todo.

Esta semana hemos discutido ampliamente sobre la procrastinación con un par de amigas: esa inevitable tendencia a aplazar todo lo importante por actividades más placenteras. Entiéndase actividades placenteras las redes sociales, los videos, las películas, en fin, todo lo que se puede encontrar en internet. Declaramos que somos adictas a las redes sociales y que tenemos la concentración de un zancudo y finalmente, una de ellas termina sintiéndose culpable y juzgándose duramente por no concentrarse en su trabajo. Es entonces cuando yo me pregunto: ¿todo en la vida debe ser trabajo? ¿Es esa la forma correcta de vivir? ¿Es la única? ¿No se pueden combinar las cosas? Y finalmente concluyo que si bien es cierto que soy mucho más rápida en el trabajo si evito conectarme a Twitter, al fin y al cabo, no es tan placentero. Me hace feliz combinar el trabajo y el ocio, aunque no sea la costumbre. A mi mamá aún le parece increíble que pueda trabajar mientras escucho música y le sorprende más aún cuando le explico que sin música mis neuronas simplemente se rehúsan a hacer su trabajo. Ella siempre responde con la frase: “Son estilos, formas de ser…tu papá era igual”. Me siento mejor así: es cierto, hay que trabajar y ganar dinero, pero no quiero terminar inmersa en el estilo de vida de muchos en que hay billetes hasta la coronilla pero no hay tiempo de disfrutar la vida.

Por diversas razones, en este momento no puedo tener una semana completa de vacaciones. Pero he decidido que necesito descansar y ante la imposibilidad de hacerlo durante un tiempo prolongado, mi estrategia ha sido mezclar momentos de trabajo con momentos de ocio y sacarles el mayor provecho a los dos. De todas maneras, ese es mi ritmo, así trabajo yo, así lo he hecho siempre y claramente, ha funcionado.

Sin embargo, me sigo sintiendo bastante saturada. No es sólo el trabajo, es también esta ciudad congestionada, insegura, pensar en tantas cosas, la presión de los padres de mis estudiantes, la fecha cercana de exámenes de recuperación, acostarse a dormir tarde trabajando y levantarse temprano a terminar, los trancones, la gente, el ruido…me hace falta una salida de campo, al parque Tayrona, a Santa María o al llano, como las de antes. Yo amo las ciudades grandes, ruidosas y llenas de gente, nací para vivir así, pero en este momento, quisiera alejarme un par de días de esta rutina que no me deja ni respirar. Ahí perdonarán el estilo diario de quinceañera de esta entrada, pero al fin y al cabo, es una nota catártica.


1 comentario:

  1. Trabajar para tener plata, y usarla en todo lo que se puede adquirir con ella.
    Trabajar en los sueños, para que se cumplan y se conviertan en realidades.
    Trabajar en esas cositas que no representan dinero pero si satisfacción.
    Pero por más que trabajo nunca parece ser suficiente, y mi tranquilidad no aparece hasta que no acabo con todo. Y siempre habrá algo más. Y más cuando mi juez más duro soy yo misma. Soy víctima del "al que no quiere caldo se le dan dos tazas": no me gusta el trabajo de oficina ni cumplir horario, y precisamente eso me toca hacer.
    Lo siento, este fue un comentario catártico a un post del mismo estilo, del cual soy la inspiradora...

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Defender lo indefendible

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