Durante toda mi niñez y pubertad me dediqué a bailar flamenco y aprendí varias coreografías de sevillanas, jotas y pasodobles. Cuando tenía unos 10 años, mi profesora llegó a clase un día y me dijo que íbamos a preparar una coreografía para la famosa y aclamada canción “New York, New York” interpretada por Frank Sinatra y compuesta por John Kander y Fred Ebb. Yo jamás la había escuchado antes (y ciertamente no era flamenco) pero me gustó mucho y siempre me pregunté cómo podía quererse una ciudad tanto como para componer una canción sobre ella. Para ese momento no hablaba inglés y por lo tanto no entendía lo que decía. Con el tiempo fui olvidando la letra, la canción y a Sinatra.
Durante mi adolescencia - no sé si por imitación o convicción - siempre repetí que no me interesaba siquiera conocer Estados Unidos, que no le hallaba ninguna gracia a ir de vacaciones y mucho menos a vivir allá, a pesar de los comentarios favorables de la mayoría de mi familia, que por cierto está en diferentes ciudades del país norteamericano. Tras la muerte de mi papá nos invitaron a mi mamá y a mí y hace exactamente 6 años llegamos al aeropuerto de Newark en New Jersey. Mi tía y mi prima nos recogieron y al día siguiente nos dirigimos muy temprano a Manhattan. Cuando llegué y observé la ciudad, se borraron todos los pensamientos negativos autoimpuestos y lo único en lo que pude pensar incesantemente fue en la melodía de “New York, New York”. Efectivamente, ver los edificios, las calles llenas de gente de todas las culturas posibles, la Biblioteca Central, la Grand Central, Times Square, Central Park, Soho, el Rockefeller Center, el Empire State, St. Patrick’s…
La canción fue escrita por Kander y Ebb para una película de Scorsese que no tuvo mucho éxito y fue la versión de Sinatra la que la hizo famosa unos años después y la convirtió en la insignia de la ciudad. Las líneas “I want to wake up in that city that doesn’t sleep” y “If I can make it here, I can make it anywhere” son tal vez las que más me impactaron y marcaron mi estadía en la ciudad durante una semana. Disfruté cada segundo, el clima estuvo perfecto, un verano no muy tortuoso y conocimos varios lugares, aunque faltaron muchos también. Anoche estaba leyendo un post que mencionaba a Nueva York en otoño (debe ser espectacular) mientras escuchaba “Empire State of Mind” de Alicia Keys y Jay-Z y quise escribir algo sobre esa ciudad que me impactó tanto, a la cual me prometí volver algún día y por qué no, permanecer un tiempo allá, junto a tantas personas de tan diversos lugares del planeta. Cabe anotar que esto es cuestión de gustos, en lo personal me encantan las ciudades grandes, ruidosas, llenas de gente, de culturas, de cosas buenas y malas como todo en la vida, congestionadas y sobretodo que ofrecen un sinnúmero de ambientes diferentes y de espacios para todo.
“In New York,
Concrete jungle where dreams are made of,
There's nothing you can't do,
Now you're in New York,
These streets will make you feel brand new,
The lights will inspire you.”
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