viernes, 1 de julio de 2011

Figuras Públicas: Un baúl de sorpresas


 El 29 de Junio fue el aniversario de fallecimiento de Héctor Lavoe, el sonero mayor, el único, el original. A mí jamás me impactó mucho hasta hace unos meses cuando fui a bailar salsa con mi amigo Iván y finalmente presté toda mi atención a las letras de las canciones. Cada palabra de “El Cantante” enmarca la historia de un ser humano como cualquiera, que ríe, sufre, llora, que tiene momentos de alegría y tristeza. 


Lo que sucede con las figuras públicas es justamente eso, están expuestos constantemente a las críticas, a los ojos atentos de los fervientes seguidores, a quienes los admiran y los que no. Viven de su talento y de la imagen que proyectan y quienes estamos del otro lado exigimos permanente alegría como si no tuvieran sus propios problemas, una vida con ires y venires, con eventos buenos y malos. 

La idea me atrapó más aún ayer en la Librería Nacional, cuando entré a averiguar el precio de un libro. Sin embargo - como por variar - me entretuve en los estantes de “Novedades” y me llamó la atención un libro de Marilyn Monroe. Inmediatamente asumí que era un libro de fotografía, tenía que ser, Marilyn es el símbolo sexual por excelencia y para qué vamos a decir que no, una de las mujeres más bonitas de toda la historia. Sin embargo, justo debajo del título decía algo así como: poemas, notas y cartas. ¿Poemas? ¿Marilyn? ¿En serio? 



Al abrir el libro encontré imágenes de una serie de notas escritas a mano por ella y al comenzar a leerlas  consignadas en las esquelas de los hoteles que visitaba, las cartas a sus amigos, a sus psiquiatras, los escritos en agendas viejas y cuadernos, descubrí para mi sorpresa que Marilyn era una mujer llena de inseguridades. Sí había escuchado que había tenido problemas de depresión, pero leer lo que sentía de su puño y letra y encontrar tantas coincidencias con alguna época oscura de mi vida, me impactó enormemente. Siempre he pensado que mujeres tan bonitas como ella deben sentirse muy seguras de sí mismas, especialmente cuando son personajes a quienes la gente profesa tanto cariño y es más, también he apoyado la creencia popular que dice: “mujer bonita es bruta” por lo cual no esperaba encontrar ese tipo de escritos y mucho menos una biblioteca personal con obras de Hemingway y Flaubert. Escribía constantemente que temía defraudar a todo el mundo, que le encantaba actuar pero salía a escena y perdía la concentración por miedo, (ojo a esto) se sentía avergonzada de su cuerpo y culpable por ser símbolo sexual. Fue ahí cuando encontré una similitud con las crisis personales de Lavoe, que pudo expresar a través de su música y me imaginé el infierno que vivía Marilyn al tener que aparentar que se sentía perfectamente bien, siempre brindando sonrisas y belleza al mundo que tanto la admiraba. 

Marilyn, Lavoe y seguramente todos los personajes públicos que tanto admiramos tienen una imagen pública, sí, pero que nunca se nos olvide que son seres humanos y que tienen mucho más de lo que normalmente vemos en la superficie. Cada uno de ellos es un baúl de sorpresas, un universo completo de pensamientos e ideas que nos transmiten constantemente y no sabemos interpretar. Me quito el sombrero ante todos ellos.

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